El elemento más importante para abordar cualquier labor de punto son las agujas; ellas serán las que transformen los ovillos de lana en unos cálidos calcetines, un cómodo gorro de bebé o en una bufanda de vivos colores. La elección del tipo de agujas dependerá de varios factores, y a continuación te presentamos una descripción general de los diferentes tipos de agujas de tricotar que podrás usar para cada tipo de labor.
Como en cualquier otro oficio, la experiencia que vas a obtener al hacer punto te permitirá ir cogiendo más confianza en tu trabajo. Llegará un punto en el que sabrás escoger las agujas adecuadas para cada labor con los ojos cerrados, pero, antes de que llegue ese momento, debes familiarizarte con las diferentes opciones disponibles.
Las agujas de punto circulares, como nuestras Symfonie, se componen de una pareja de agujas que permanecen unidas a través de un cable, y se pueden encontrar de diferentes longitudes y diseños. Puedes trabajar con ellas de forma flexible, tanto en la confección de diseños en redondo y en forma de tubo como en otras labores de punto recto, como bufandas.
Ventajas de las agujas circulares:
Al utilizar estas agujas, toda la labor se realiza de forma continua sobre ellas, por lo que queda mejor organizada y se reduce su deslizamiento. Resultan perfectas para proyectos de mayor tamaño, tales como jerseys, chaquetas o mantas, ya que podrás dejar descansar todo el peso de la labor realizada sobre tu regazo, mientras tus manos tan solo sostienen la parte que permanece sobre las agujas. Las labores en curso están más protegidas, especialmente a la hora de almacenarlas, y al tratarse de un único conjunto, es más difícil que pierdas las agujas.
Desventajas de las agujas circulares:
El uso de estas agujas conlleva la limitación de que, al tejer en redondo, el proyecto debe ajustarse a un tamaño determinado. En el caso de labores de dimensiones reducidas, como calcetines o ropa para bebés, el trabajo puede resultar algo más dificultoso cuando el cable es corto, ya que esto limita la libertad del movimiento de las agujas.
¿A qué debes prestar atención?
Es importante que la transición entre las agujas y el cable se realice con suavidad, ya que en caso contrario el hilo no podrá discurrir con fluidez sobre él y tendrás que estar retocando constantemente la labor, lo que la hará más lenta.
Agujas de tricotar de doble punta, como nuestro conjunto Smartstix, se presentan en juegos de cinco agujas, y sus medidas pueden variar de un país a otro.
Ambos extremos de la aguja están abiertos. Por lo general, cuatro de las agujas sostienen la parte ya tejida y la quinta se utilizará para ir tejiendo, quitando los puntos de una aguja de una sola vez. Como resultado de la reducción, la aguja que pierde los puntos pasa a ser la siguiente aguja con la que vamos a tejer.
Estas agujas están disponibles en diferentes longitudes y grosores. En algunos casos, sin embargo, se reemplazan por agujas circulares, si es posible, ya que los puntos pueden salirse de la aguja. Por otro lado, puedes hacer calcetines con ellas sin ningún problema.
La técnica de calado se caracteriza por sus diseños de filigrana. La labor presenta un aspecto muy suelto y liviano, asemejándose a una fina pieza de encaje. En general, esta técnica se lleva a cabo con agujas más gruesas (en la etiqueta de la lana ya se indica qué tamaño de aguja es el adecuado). Para un proyecto de calado con filigranas, debes elegir un tamaño de aguja un poco más grande, y esto te conducirá automáticamente a tejer más suelto y, en consecuencia, la labor resultará más fina. Incluso tejiendo de forma muy uniforme, a menudo sucede que el trabajo se aprecia algo irregular, pero esto cambiará cuando estires la pieza ya terminada, un poco humedecida, y comprobarás que la labor sí es recta. Para esta técnica, hemos diseñado nuestros juegos de agujas de doble punta intercambiables, que te permitirán cambiar el grosor de la aguja durante el transcurso de la labor, ahorrándote la laboriosa y a menudo desesperada tarea de cambiar la labor a otra aguja, puntada por puntada (todos hemos estado ahí).
El punto calado se utiliza para trabajar con tejidos especialmente delicados y nos recordará al encaje de ganchillo. Para ello, se utilizan diferentes patrones, generalmente de agujeros. La interacción de puntadas a la derecha y la izquierda, pliegues y disminuciones ofrecen como resultado finos diseños de filigrana que muestran flores, arcos, hojas y diversas formas geométricas. Esta técnica de punto se utiliza normalmente para la confección de chales y mantones, aunque también la encontraremos en túnicas, suéteres, chaquetas y vestidos. En muchas ocasiones se combinan diseños de punto calado con labores normales, en especial cuando se trata de prendas de vestir, lo que conducirá a un resultado elegante y femenino sin excederse en la filigrana.